Articulo originalmente publicado en el portal guinguinbali.com
Desde firme candidato al
Nobel de la Paz a nuevo Martin Luther Musulmán. No hablan de ningún
activista pro-derechos humanos ni de un librepensador pacifista. Se
refieren al líder militar de un golpe que en un año acabó con la
vida de 3 mil personas, hirió 16 mil y puso entre barrotes a cerca
de 40 mil más. El egipcio Abd el-Fattah al-Sisi. De hecho podría
tratarse de uno de los chistes del magacine Charlie Hebdo, y
aunque su origen se encuentra también en la redacción parisina,
éste no ha salido de las páginas coloridas de la revista francesa.
Más bien de los ecos de los Kalashnikovs usados por los hermanos
Kouachi en la redacción de Charlie Hebdo la semana pasada.
Con una población
aturdida ante el terremoto incontrolable de dolor, miedo y,
sobretodo, incomprensión generado en las ultimas semanas, los
gobiernos europeos se preparan para afrontar la cruzada más fuerte
en recortes de libertades individuales y de movimiento de las últimas
décadas. Los acontecimientos han puesto la excusa perfecta para
presentar lo que hace unos meses parecía impresentable. Todo en aras
de acabar con ese indefinido nuevo viejo enemigo denominado
extremismo islamista. En este renovado escenario ya todo vale. Y la
prensa conservadora occidental, especialmente la estadounidense, se
ha lanzado a loar la figura del general egipcio que en 2013 lanzó su
cruzada contra el gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes.
Entonces la mano dura de ese golpe, que Occidente se resistió a
denominar como tal, incomodó tímidamente. Pero la política de
hechos consumados y el miedo a que tensar la cuerda con los militares
llevara a una indeseada ruptura irreparable, llevó a acatar la
situación surgida del golpe. El general demostró su savoir-faire
y ahora el tiempo parece darle la razón, gracias en parte a ese
fantasma tan poco definido del terrorismo islamista crecido en las
tierras iraquíes y sirias gracias a la desastrosa geoestratégia de
aquellos que hipócritamente hoy aparentan llorar sus víctimas
vecinas y aseguran sentir atacadas sus civilizaciones.
Ahora el-Sisi es
abiertamente un héroe. La prensa neocon está haciendo fuerte
campaña por él. Los medios estadounidenses han comparado el coraje
y la valentía del general con los del difunto Anuar el-Sadat, han
loado la audacia del mandatario egipcio e incluso algunos han llegado
a compararlo con la figura de Martin Luther King. El conservador
George Will, tachado en su momento por el Wall Street Journal como
“probablemente el más poderoso periodista de Estados Unidos”, nodudaba en reclamar al comité de los Premios Nobel que tuvieran encuenta al general Sisi.
World Tribune destacó que su nombre puede quedar en los anales de lahistoria si logra sobreponer el discurso religioso mientras la republicana Jeanine Pirro, desde su programa en Foxnews y
tras loar explícitamente la bravura del general egipcio, reclamaba
que Estados Unidos debía “armar a estos musulmanes -como Sisi-hasta los dientes, darles todo lo necesario para acabar con estosfanáticos; que hagan la faena y cuando la hagan, nosotros,simplemente, miraremos hacia otro lado”.
Todos los analistas loan
el oportuno discurso que el general Sisi dio en la Universidad de
Al-Azhar para fin de año, justo 8 días antes de la masacre de
París. Un discurso que pasó desapercibido en su momento pero que
recobró sentido tras la masacre. En él criticó que “el
pensamiento islámico está antagonizando el mundo entero”, que era
“inconcebible” el dolor que éste estaba generando en el “corazón
de la umma -la comunidad islámica-” y pedía una revolución en elcorazón del Islam.
6 días después, y solo 2 antes del ataque a Charlie Hebdo, el
general volvió a hacer un inteligente gesto presentándose por
sorpresa en la catedral de Abasseya donde los cristianos coptos
estaban celebrando su navidad. Era la primera vez que un presidente
egipcio se presentaba a una celebración de este tipo. Y con esos dos
gestos el general ha podido ser retratado como un defensor de la
pluralidad y el islamismo moderado. Eso a pesar que en el mismo
periodo los tribunales hayan condenado a 3 años de prisión a unjoven por proclamar su ateísmo en Facebook,
que la Unesco haya sido alertada por la prohibición de la históricaromería anual en honor del rabino Abu Huseira en la demarcación de
Beheira o que el general haya traspasado a su primer ministro el derecho a
vetar publicaciones que ofendan la imagen del profeta. Y sin tener en
cuenta la prohibición en diciembre de la película Exodus
en Egipto por supuestas mentiras históricas al retratar que las
pirámides fueron construidas por esclavos judíos o el cierre decafés en el centro del Cairo por haberse producido debates sobre
ateísmo en sus mesas.
Pese a que las palabras
de estos tertulianos no tengan porque significar nada, es evidente
que la corriente general lleva a consolidar la figura del general
Sisi en Egipto. Lo lleva confirmando una política de restitución
iniciada por Europa y la Casa Blanca en los últimos meses,
perdonando deuda, firmando acuerdos comerciales y suministrando
armamento por doquier en aras de la lucha contra el terrorismo. 3
días antes de los atentados el profesor Steven A.Cook retrataba en Foreign Policy que si Estados Unidos quería seguir teniendo atado a Egipto debía
incrementar su ayuda militar anual. Y eso es algo que los atentados
de París hacen cada vez más plausible.
Sisi ha reforzado su
figura. El reciente proceso de reconciliación con Qatar, hasta hace
poco aliada de los Hermanos Musulmanes, lleva a dejar Turquía como
la única que aún califica de golpe lo sucedido en Egipto. Pocos se
atreven a discutir el reinado del general. En menos de tres meses se
esperan elecciones legislativas y las formaciones ya trabajan en
crear una lista única bajo recomendación del general Sisi.
La formación del naserista Sabahi, el único que osó plantar cara
electoral al general en las presidenciales de 2014, ya ha dicho que no participará por falta de garantías.
Poco importa puesto que la ley electoral ha devuelto el poder a los
caciques devolviéndoles dos tercios de la cámara a los candidatos
individuales, lo que facilitará el retorno al clientelismo que tanto
benefició el régimen en el pasado. Esta semana los tribunales han
ordenado repetir el único juicio que mantenía a Mubárak entre
redes, lo que probablemente lo lleve a la calle en los próximos
días. El rais puede que salga a la calle, pero sus días hace
tiempo que han vuelto. Con nueva cara, pero con el mismo estilo.
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