dilluns, 7 d’abril del 2014

Unión Fenosa hace perder 4.400 millones de euros a Egipto

Articulo publicado en el Periódico Diagonal

El 30 de mayo de 2005, el rais Hosni Mubarak se desplazó con toda su camarilla a la ciudad de Damietta para cortar la cinta inaugural de varios proyectos del régimen en la zona. La visita, retratada por los medios con el tradicional servilismo, incluía la apertura de lo que se conoció como “complejo Mubarak”, un enorme proyecto con un coste estimado de mil millones de euros para licuar y exportar gas natural egipcio. La estación tenía que garantizar inicialmente la producción de más de tres millones de toneladas anuales de gas licuado, aunque posteriores remodelaciones garantizarían que esta producción aumentara hasta superar los 5,5 millones de toneladas anuales. El 64% de este gas tenía que ir al puerto valenciano de Sagunto y la estación era, de hecho, un proyecto de SEGAS, una alianza empresarial creada para la ocasión entre el Estado egipcio y Unión Fenosa Gas, una empresa compuesta a partes iguales por la española Unión Fenosa y la italiana ENI. Mientras Unión Fenosa controlaba el 80% del consorcio SEGAS, el 20% restante quedaba bajo control de dos empresas estatales egipcias.
En 2008, Unión Fenosa adquiría gas egipcio a dos dólares cuando su precio de mercado era de los 12,55 dólares

Unión Fenosa adquiriría, gracias a contratos firmados entre magnates de la Administración Mubarak y representantes de la empresa española, el gas licuado egipcio a precios muy por debajo de su valor de mercado. Según un estudio reciente de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Personales, el Estado egipcio perdió entre 2005 y 2010 unos 6.000 millones de dólares, unos 4.400 millones de euros, fruto de estos acuerdos. Esto se producía en un momento en que Egipto sufría graves problemas de suministros energéticos internos en una sociedad con el 40% de la población viviendo bajo el umbral de la pobreza.

720 millones perdidos al año

Los acuerdos entre Unión Fenosa y Egipto eran, de hecho, más beneficiosos que los polémicos contratos con el Es­ta­do de Israel, que suponían unas pérdidas anuales de 520 millones de euros para las arcas egipcias, o Jorda­nia (440 millones de euros anuales), mientras el contrato con Unión Feno­sa supera los 720 millones de euros de pérdidas anuales. El estudio, que ha analizado la documentación incluida en los sumarios penales contra los responsables ministeriales y empresariales de estos acuerdos, ha desvelado algunos de los secretos de estos contratos.
Entre los responsables de los acuerdos procesados se encuentra el magnate Hussein Salem, uno de los grandes cabecillas corruptos del Go­bierno de Mubarak, con decenas de juicios abiertos por corrupción y que hoy se encuentra en Madrid, donde la Audiencia Nacional se niega a transferirlo a la justicia egipcia. El primer contrato entre Unión Fenosa y las autoridades egipcias se firma el 27 de julio de 2000. Entonces, cuando el precio de un millón de BTU oscilaba entre los 2,71 y los 4,83 dólares en el mercado internacional, Unión Feno­sa conseguía un baremo de precios de entre 0,75 y 1,25 dólares. Los contratos se renegociaron en 2006, 2007 y 2008, siempre ofreciendo unos precios privilegiados a la empresa española. En 2008, Unión Fenosa adquiriría el gas egipcio a dos dólares por millón de BTU, cuando su precio de mercado llegaba hasta los 12,55 dólares.

Ganancias millonarias

Estos contratos generaban enormes ganancias y supusieron un cambio drástico en las importaciones españolas de gas licuado. En 2004, las importaciones de gas egipcio no superaban el 0,3%. Un año más tarde, con la planta de Damietta operativa, ya superaban el 8,5%, lo que convirtió a Egipto en el cuarto proveedor de España. En la cúspide de la relación, en septiembre de 2008, las importaciones de Egipto llegan a representar el 15,25% del total, convirtiéndose en el segundo proveedor de España, sólo superado por Argelia y relegando de la lista a potencias como Nigeria o Qatar. En 2009, Unión Fenosa anunciaba resultados históricos con beneficios netos de 1.194 millones, un 21,1% más que en el ejercicio anterior. Pedro López Jiménez, presidente de la compañía, destacaba ante la prensa la importancia que tenía el puerto de Damietta en estos resultados.
Pero el estallido popular de 2011 provocó un nuevo cambio en la ecuación. De hecho,Unión Fenosa y ENI han decidido denunciar al Estado egipcio por la paralización de los suministros a la estación de Damietta, lo que ha provocado el fin de las exportaciones de gas al Estado español. Fruto de la inestabilidad política y social del país, la estación lleva un año completamente parada, puesto que la producción nacional de gas se concentra para abastecer al mercado interno, claramente dañado.
Las importaciones de gas egipcio cayeron casi seis veces entre 2010 y 2012, y en febrero de 2013 se pararon completamente las actividades en la planta de Damietta. Algu­nos cálculos hablaban de que la parada había provocado una reducción del 52% de los beneficios brutos de Unión Fenosa en el ejercicio 2013, valorada en un deterioro contable de 70 millones de euros en las cuentas de la empresa en el primer semestre del año pasado. La empresa, después de presentar una denuncia ante la Fiscalía egipcia, ha traído ahora el caso ante el Centro Inter­nacional para la Solu­ción de Diferencias Relativas a In­ver­siones (CIADI), una institución dependiente del Banco Mundial.


Hussein Salem, Unión Fenosa y la Audiencia Nacional

En 2008, año en que Unión Fenosa pagaba el gas a sólo dos dólares, el magnate Hussein Salem adquiría el pasaporte español que hoy lo blinda de ser llevado ante la justicia egipcia. El juez Pablo Ruz, durante el juicio para la extradición de Salem a Egipto, descartó valorar cómo había conseguido la nacionalidad española al considerarlo poco relevante, a pesar de que periodistas egipcios de renombre como Mohamed Hassanein Heikal aseguraban que Salem afirmaba haber otorgado a Unión Fenosa la concesión del gas de Damietta “porque estoy en deuda con España por haberme dado la ciudadanía”.

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