El presidente interino Adly Mansour ha cambiado la hoja de ruta. Era un secreto a voces, casi a chillidos, y hoy se ha confirmado.
Elecciones presidenciales antes que parlamentarias. Y, aunque no puso fecha, estas deben celebrarse antes de 90 días de la aplicación de la nueva constitución. Lo que nos arroja a que estas serán antes del fin de abril. Con toda probabilidad en marzo. Eso si los calendarios, habitualmente convertidos en papel mojado por los militares egipcios, se cumplen.
La noticia, no podía ser menos, llega después de una semana movida.
La Universidades, en pie de lucha contra el nuevo régimen, han visto como razias militares y policiales a los campus se saldaban con la muerte de al menos 4 estudiantes la última semana. El jueves impactantes imágenes llegaban del campus de la Universidad de Alejandría mientras 5 policias perecían en un asalto armado islamista a un control de camino en Beni Sueif. A la mañana siguiente explotaban 3 bombas en distintos lugares del Cairo que se saldaban con 6 personas muertas, un estado de pánico generalizado y nuevas oleadas represivas a las protestas que se saldaban con 237 detenciones en manifestaciones y al menos una docena de muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. Al día siguiente el tercer aniversario del alzamiento del 25 de enero se saldaba con 1079 detenciones en protestas mientras enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejaban un río de 53 muertos, según asociaciones de Derechos Humanos. La guinda la producía una nueva emboscada islamista esta mañana en el Sinaí, que se saldaba con 4 soldados muertos que llegaba después de que el grupo Ansar Beit el-Moqdes, que aparentmente también estaría tras los ataques del jueves y viernes, hubiera reivindicado en un espectacular video haber derribado un helicóptero militar con sus 5 tripulantes en el norte del Sinaí. Mientras tanto miles de egipcios se reunían en la plaza Tahrir para afirmar que el golpe del 30 de junio era una simple continuidad de la revolución del 25 de enero de 2011 y que el general Sisi es su esperanza para el país. Y por eso le piden que se presente a candidato.
Y es precisamente en esta marabunta de acontecimientos difíciles de digerir, otra vez marcados por el siempre confuso sello del fantasma del terrorismo islamista, que se anuncia un cambio de la hoja de ruta. Todo esto poco más de diez días después del referéndum constitucional en el que, pese a una agitación en las calles que se saldó con 11 muertos y más de 400 detenciones, se aprobó con un 98,2% de los sufragios el borrador planteado. Aunque el texto parecía lo de menos ante una votación planteada como un plebiscito al general Sisi, al golpe del 30 de junio y como voto de castigo a los Hermanos Musulmanes.
A día de hoy lo más relevante, dadas las condiciones, será simplemente saber qué hará el general Abd el-Fatah el-Sisi, el omnipotente jefe de las fuerzas armadas que lideró nasserísticamente la deposición del presidente Mursi y cuya popularidad ha llevado a plasmar su figura en todo tipo de marketing imaginable.
Tras la experiencia del referéndum y el control total del discurso público, parece indudable que si se presenta ganará de largo. Pero, pese a que sus partidarios se lo pidan a gritos, llenando plazas o haciendo horteras videoclips como el que ilustra este articulo (3yzinak-"Te queremos") , parece que entre los círculos cercanos al general hay disparidad de opiniones. Algunos, con optimismo y seguramente ávidos de acabar de cerrar por completo el círculo contrarevolucionario lanzado en julio, empujan al líder a presentarse a las elecciones aprovechando la fuerte popularidad presente del militar. A la cabeza de estos parecen encontrarse destacadas figuras de los Emiratos Àrabes, como el jeque Mohamed Ben Roshad el-Maktom, emir de Dubai y jefe del gobierno emiratí, quien unas semanas atrás hablaba de la "esperanza" de que Sisi concurriera a las elecciones. La revista al-Hayat, publicada en Londres, lo daba por hecho hace unos días, afirmando que anunciaría su candidatura y abandonaría el cargo de jefe de las Fuerzas Armadas. Los rebeldes de Tamarrod, pese a mostrar sus reservas en un primer momento, acabaron cediendo y afirmando que no se opondrían a una candidatura del jefe militar definida como "aspiración del pueblo". Incluso la Coalición Islamista por la Estabilidad, formada por ex-miembros de los Hermanos Musulmanes y otras figuras islamistas, mostraron recientemente su apoyo a la posible candidatura del general, rompiendo de nuevo el mito de la falsa dicotomía islamistas-militares. También el ex-secretario general de la Liga Árabe y presidente del comité de redacción constitucional, Amr Moussa, afirmaba que si el general no se presentaba "le forzaremos a hacerlo".
Sin embargo otras voces parecen intentar convencer al general que lo mejor es mantenerse en la sombra. Temen el desgaste que la primera fila pública pueda producir no solo al propio Sisi sino al ejército entero y rememoran el descalabro del año y medio de gobierno de la junta militar de Tantawi a la caída de Mubarak y las consecuencias que ello tuvo en la popularidad militar. De hecho también ponen en tela de juicio la robustez de la popularidad del golpe dada la baja participación del referendo, especialmente entre la juventud, y se teme que esta pueda quebrarse más en los próximos meses. Reforzar el vinculo del golpe con el general Sisi puede afectar, a largo plazo y con una situación transicional convulsa, la estabilidad del país. Así se expresan fuentes cercanas a Arabia Saudí, algunas de las cuales se expresaron recientemente en el periódico al-Sharq al-Awsat, vocero habitual del gobierno de Riad. Estas hablaban de "grandes confusiones" en los altos círculos del estado. Sea como sea parece claro que el candidato saldrá de filas militares. Según algunas fuentes sonaba con fuerza el nombre de Merwad Mewafy, antiguo jefe de la inteligencia egipcia, cuyo nombre ya sonó durante el periodo transicional y que fue apartado de su cargo por Mohamed Mursi en los primeros compases de su corto mandato presidencial. Otro que ya ha anunciado que participaría en las elecciones si no lo hace el militar es Ahmed Shafiq, ultimo Primer Ministro de Mubarak y rival electoral de Mursi en las presidenciales de 2012. Otro que podría tomar parte sería el naserista Hamdin Sabahi, tercer candidato más votado en las votaciones de 2012.
La margarita de Sisi se deshojará con toda probabilidad en los próximos días y de ello depende, en buena parte, la estabilidad de la situación política del país en los próximos meses. Pese a la importancia de ella y de las presiones internacionales de aquellos que hoy en día sostienen económicamente el régimen surgido del golpe del pasado verano puede que acabe pesando la avaricia de poder de un joven general convertido en el caudillo del nuevo Egipto.
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