Articulo publicado en el portal Gunguinbali.com:
Algo se está moviendo en el mundo entero. Y hasta los rincones más opacos a los medios internacionales parecen vivir agitaciones. Es el caso, por ejemplo, de Sudán, donde el movimiento Girifna (Nuestra repulsión) denunciaba la semana pasada la detención de 5 de sus activistas al finalizar una conferencia sobre derechos humanos en Omdurman.
Los detenidos fueron transferidos a la histórica prisión de Kober, tras cuyas rejas y muros se han detenido tradicionalmente a destacados líderes de la oposición sudanesa. Familiares de al menos dos chicos más que atendieron el encuentro denunciaron posteriormente que sus hijos no habían vuelto a casa aquella noche. Al día siguiente se conocía la detención de Amr Ahmed Hamed, estudiante de la facultad de Artes de la Universidad de Khartoum y miembro también de Girifna. Algo parecido sucedió la misma semana cuando 4 activistas del colectivo Sharara resultaron también detenidos.
Las detenciones precedían la convocatoria de movilizaciones para el 29 de enero, coincidiendo con el primer aniversario de las manifestaciones convocadas en 2011 por el efecto dominó de la caída de Ben Ali en Túnez. La convocatoria, a su vez, se hacia coincidiendo con el aniversario de la matanza de Port Sudan de 2005, cuando las fuerzas de seguridad sudanesas reprimieron manifestaciones de la minoría étnica Beja provocando la muerte de al menos 22 ciudadanos y cientos de heridos. Las mismas fuerzas policiales reprimían este mismo domingo las movilizaciones en recuerdo de esos hechos, provocando nuevos incidentes en la ciudad costera de Port Sudan. También se producían incidentes en la universidad de los dos Nilos de Khartoum, dónde la policía irrumpió en el campus atacando a todos los estudiantes allí presentes. Al menos 3 de ellos fueron detenidos.
Girfina és un movimiento político básicamente estudiantil creado en 2009 y que toma como símbolo el color naranja. Autodenominados “movimiento popular pacífico de resistencia” en su base está la lucha contra el partido de la Conferencia Nacional de Omar Bashir, en el gobierno des del golpe de estado de patrón islamista producido en 1989, y a quién los jóvenes estudiantes responsabilizan de todas las miserias del país más grande del continente africano.
Aunque las movilizaciones, al igual que hace un año, fueron reducidas en número, si que parecen confirmar una tendencia de movilizaciones sociales en aumento en el país. En los últimos meses se han producido diversas movilizaciones obreras y estudiantiles con pocos antecedentes en la historia moderna del país. También la destacable resistencia para exigir las compensaciones por los desalojos de la tribu Manaseer en la construcción de la presa de Merowe, que ya en su día provocaron grandes manifestaciones duramente reprimidas, o las movilizaciones estudiantiles contra el régimen en Kassala del pasado octubre, que reunieron unas 20 mil personas.
El pasado viernes volvía la calma a Nyala, en el sur del Darfur, tras 3 días de fuertes enfrentamientos callejeros. La juventud tomó la calle indignada por las condiciones de vida y denunciando un fraudulento cambio de gobernador. Los enfrentamientos dejaron diversas comisarias de policía o la sede del oficialista partido de la Conferencia Nacional literalmente en llamas. La represión policial provocó, a su vez, la muerte de al menos 4 manifestantes.
La tensión también aumenta entre Khartoum y Juba, capital del joven Sudán del Sur. Éstos últimos han parado recientemente la exportación de petróleo a sus vecinos del norte hasta que Khartoum no acepte una lista de peticiones, mayoritariamente de índole económica pero también militar. Crece la preocupación por el desenlace de un nuevo enquistamiento de las relaciones entre las dos regiones ya que, según denunciaba recientemente el secretario de las Naciones Unidas Ban Ki Moon “actúan a la desesperada”. Sudán del sud vive azotado por una crisis humanitaria grave mientras algunos analistas ven precisamente en el menor suministro de petróleo producido por la independencia del sur una de las razones de la escalada de protestas de los últimos meses en el norte. Sólo el tiempo dirá, aunque parece que algo se mueve en Sudan.
Algo se está moviendo en el mundo entero. Y hasta los rincones más opacos a los medios internacionales parecen vivir agitaciones. Es el caso, por ejemplo, de Sudán, donde el movimiento Girifna (Nuestra repulsión) denunciaba la semana pasada la detención de 5 de sus activistas al finalizar una conferencia sobre derechos humanos en Omdurman.
Los detenidos fueron transferidos a la histórica prisión de Kober, tras cuyas rejas y muros se han detenido tradicionalmente a destacados líderes de la oposición sudanesa. Familiares de al menos dos chicos más que atendieron el encuentro denunciaron posteriormente que sus hijos no habían vuelto a casa aquella noche. Al día siguiente se conocía la detención de Amr Ahmed Hamed, estudiante de la facultad de Artes de la Universidad de Khartoum y miembro también de Girifna. Algo parecido sucedió la misma semana cuando 4 activistas del colectivo Sharara resultaron también detenidos.
Las detenciones precedían la convocatoria de movilizaciones para el 29 de enero, coincidiendo con el primer aniversario de las manifestaciones convocadas en 2011 por el efecto dominó de la caída de Ben Ali en Túnez. La convocatoria, a su vez, se hacia coincidiendo con el aniversario de la matanza de Port Sudan de 2005, cuando las fuerzas de seguridad sudanesas reprimieron manifestaciones de la minoría étnica Beja provocando la muerte de al menos 22 ciudadanos y cientos de heridos. Las mismas fuerzas policiales reprimían este mismo domingo las movilizaciones en recuerdo de esos hechos, provocando nuevos incidentes en la ciudad costera de Port Sudan. También se producían incidentes en la universidad de los dos Nilos de Khartoum, dónde la policía irrumpió en el campus atacando a todos los estudiantes allí presentes. Al menos 3 de ellos fueron detenidos.
Girfina és un movimiento político básicamente estudiantil creado en 2009 y que toma como símbolo el color naranja. Autodenominados “movimiento popular pacífico de resistencia” en su base está la lucha contra el partido de la Conferencia Nacional de Omar Bashir, en el gobierno des del golpe de estado de patrón islamista producido en 1989, y a quién los jóvenes estudiantes responsabilizan de todas las miserias del país más grande del continente africano.
Aunque las movilizaciones, al igual que hace un año, fueron reducidas en número, si que parecen confirmar una tendencia de movilizaciones sociales en aumento en el país. En los últimos meses se han producido diversas movilizaciones obreras y estudiantiles con pocos antecedentes en la historia moderna del país. También la destacable resistencia para exigir las compensaciones por los desalojos de la tribu Manaseer en la construcción de la presa de Merowe, que ya en su día provocaron grandes manifestaciones duramente reprimidas, o las movilizaciones estudiantiles contra el régimen en Kassala del pasado octubre, que reunieron unas 20 mil personas.
El pasado viernes volvía la calma a Nyala, en el sur del Darfur, tras 3 días de fuertes enfrentamientos callejeros. La juventud tomó la calle indignada por las condiciones de vida y denunciando un fraudulento cambio de gobernador. Los enfrentamientos dejaron diversas comisarias de policía o la sede del oficialista partido de la Conferencia Nacional literalmente en llamas. La represión policial provocó, a su vez, la muerte de al menos 4 manifestantes.
La tensión también aumenta entre Khartoum y Juba, capital del joven Sudán del Sur. Éstos últimos han parado recientemente la exportación de petróleo a sus vecinos del norte hasta que Khartoum no acepte una lista de peticiones, mayoritariamente de índole económica pero también militar. Crece la preocupación por el desenlace de un nuevo enquistamiento de las relaciones entre las dos regiones ya que, según denunciaba recientemente el secretario de las Naciones Unidas Ban Ki Moon “actúan a la desesperada”. Sudán del sud vive azotado por una crisis humanitaria grave mientras algunos analistas ven precisamente en el menor suministro de petróleo producido por la independencia del sur una de las razones de la escalada de protestas de los últimos meses en el norte. Sólo el tiempo dirá, aunque parece que algo se mueve en Sudan.
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