Articulo publicado en el Periódico de contrainformación Diagonal numero 100
El anunciado Día de la Rabia se saldó con una pobre y dispersa incidencia. Un enorme despliegue policial cortó las manifestaciones que tuvieron lugar durante el 6 de abril. Entre éstas, sólo los estudiantes siguieron con cierta intensidad las convocatorias.
Aproximadamente 45 personas fueron detenidas en todo Egipto en relación con las movilizaciones. Algunos organizadores aseguraron haber recibido presiones y coacciones policiales a través de SMS, mientras otros activistas denunciaron registros ilegales de sus casas el mismo día de la huelga.
El grupo Jóvenes del 6 de Abril había convocado, a través de internet, una jornada de huelga y lucha contra el régimen de Mubarak. Lo hizo a través del portal Facebook, donde cuentan con 70.000 adhesiones, con lemas generales y poco precisos que van desde la gratuidad de los estudios a la denuncia del despotismo, la corrupción o el alza de los precios. Los jóvenes invitaban así a celebrar el primer aniversario del 6 de abril de 2008, cuando un estallido de rabia ciudadana salió a la calle, especialmente en la ciudad obrera de Mahala.
Con más o menos entusiasmo, la práctica totalidad de formaciones políticas de oposición apoyaron la convocatoria, desde los liberales del Gad al Centro de Estudios Socialistas, pasando por los nasseristas de Karama o el poliédrico movimiento Kefaya. Incluso los Hermanos Musulmanes, tras una larga discusión interna, decidieron apoyarla.
Pero la poca planificación y el no posicionamiento de los sindicatos y movimientos obreros provocó que, pese a que inicialmente se hablase de huelga general, ninguno de los centros económicos y productivos se resintiera y variasen poco las cosas respecto a un día cualquiera.
La mayoría de los análisis no esconden el fracaso. En el horizonte se vislumbra la referencia de lo que sucedió en Mahala hace un año. Algo muy alejado de lo que ha sucedido en 2009. La movilización cibernética, en un país donde tan sólo el 15% de los ciudadanos tiene acceso a internet, se muestra como una entelequia. Según activistas de izquierda, hacía falta más coordinación, concreción de objetivos y, sobre todo, el apoyo explícito y activo de los principales movimientos sindicales, en lucha por su legalización formal en el país. Ahora el miedo es que el fracaso de la convocatoria lleve a una desmoralización general de la oposición. Algo provocado por “el uso banal del concepto de huelga general”. Los ciberconvocantes consideran que el Día de la Rabia ha servido para romper la barrera del miedo en Egipto y ha conseguido por primera vez la coordinación de las diversas fuerzas de oposición en un mismo frente.
Más información:
Amnistía Internacional - Las autoridades egipcias deben liberar a los manifestantes pacíficos
Aproximadamente 45 personas fueron detenidas en todo Egipto en relación con las movilizaciones. Algunos organizadores aseguraron haber recibido presiones y coacciones policiales a través de SMS, mientras otros activistas denunciaron registros ilegales de sus casas el mismo día de la huelga.
El grupo Jóvenes del 6 de Abril había convocado, a través de internet, una jornada de huelga y lucha contra el régimen de Mubarak. Lo hizo a través del portal Facebook, donde cuentan con 70.000 adhesiones, con lemas generales y poco precisos que van desde la gratuidad de los estudios a la denuncia del despotismo, la corrupción o el alza de los precios. Los jóvenes invitaban así a celebrar el primer aniversario del 6 de abril de 2008, cuando un estallido de rabia ciudadana salió a la calle, especialmente en la ciudad obrera de Mahala.
Con más o menos entusiasmo, la práctica totalidad de formaciones políticas de oposición apoyaron la convocatoria, desde los liberales del Gad al Centro de Estudios Socialistas, pasando por los nasseristas de Karama o el poliédrico movimiento Kefaya. Incluso los Hermanos Musulmanes, tras una larga discusión interna, decidieron apoyarla.
Pero la poca planificación y el no posicionamiento de los sindicatos y movimientos obreros provocó que, pese a que inicialmente se hablase de huelga general, ninguno de los centros económicos y productivos se resintiera y variasen poco las cosas respecto a un día cualquiera.
La mayoría de los análisis no esconden el fracaso. En el horizonte se vislumbra la referencia de lo que sucedió en Mahala hace un año. Algo muy alejado de lo que ha sucedido en 2009. La movilización cibernética, en un país donde tan sólo el 15% de los ciudadanos tiene acceso a internet, se muestra como una entelequia. Según activistas de izquierda, hacía falta más coordinación, concreción de objetivos y, sobre todo, el apoyo explícito y activo de los principales movimientos sindicales, en lucha por su legalización formal en el país. Ahora el miedo es que el fracaso de la convocatoria lleve a una desmoralización general de la oposición. Algo provocado por “el uso banal del concepto de huelga general”. Los ciberconvocantes consideran que el Día de la Rabia ha servido para romper la barrera del miedo en Egipto y ha conseguido por primera vez la coordinación de las diversas fuerzas de oposición en un mismo frente.
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