diumenge, 22 de febrer del 2009

Las denuncias de abuso policial asedian el Egipto de Mubarak (castellano)

18 personas murieron a manos de la Policía el año 2008 en Egipto y 1500 agentes habrían sido denunciados por tortura en los últimos 3 años. Según anunciaba a principios de año el periódico Al Badeel, 2100 agentes habrían dimitido de su cargo en los dos últimos años precisamente por el uso sistemático de la tortura y las malas condiciones de trabajo. El pasado 25 de enero se celebró el Día Nacional de la Policía ante decenas de quejas de abuso de poder. El mismo día un ciudadano moría bajo custodia policial en Alejandría y un padre denunciaba la muerte de su hijo, 5 días antes, en la comisaría de Arish. La misma semana, un detenido se tiró “a si mismo”, según testigo policial, desde el cuarto piso del Directorio de Seguridad del Mar Rojo. El día 28 una joven de 24 años denunciaba haber sido torturada por el responsable de investigaciones criminales de la comisaría de Shoubra el-Kheima después de que este la afeitara, le quemara colillas de cigarro a las mejillas y la amenazara de violarla cuando esta le recriminó haber detenido ilegalmente su marido en repetidas ocasiones. Un joven ha muerto apaleado a primeros de febrero a la prisión principal de Alejandría mientras todavía esperaba juicio. Cerca de una cincuentena de solicitantes de asilo procedentes de Eritrea también han denunciado torturas en un centro de reclusión en el Sinaí antes de que los oficiales los colocaran en un avión de regreso a su país sin haber revisado su solicitud, un derecho básico de la legislación internacional. El 6 de febrero la policía secuestró en un coche sin matricular un activista tras participar en una marcha por Gaza, sin que se le conozcan cargos imputados.

Un ejemplo de la impunidad con que se suelen cometer estas acciones se encuentra en el también reciente caso de investigación de un presunto homicidio policial. Mohammed Anwar, un agente acusado del asesisnato el octubre pasado de una mujer embarazada, fue liberado el 20 de enero después de un sospechoso cambio de declaración. El caso ha levantado suspicacias por las posibles coacciones policiales recibidas por la cuñada de la víctima, testigo del asesinato, quien se ha retractado finalmente de haber identificado el verdugo. Por otro lado, otro policía ha recibido esta semana la pena mínima de 3 años tras probarse que asesinó de un disparo en la cabeza a un conductor que se negaba a pagarle un soborno de 50 libras (7 euros).

Estado de emergencia
Tras todo este sistema de impunidad represiva se esconde que Egipto lleva 28 años bajo una anómala situación de Estado de Emergencia. Desde que el anterior presidente, Anuar el Sadat, muriera en atentado en el año 81, su sucesor, Hosni Mubarak, ha renovado esta situación de excepción hasta el día de hoy. Con el argumento de La Guerra “contra el terror”, la última renovación tuvo lugar el pasado mas de mayo. Este régimen permite, entre otras cosas, la posibilidad unilateral de mantener encarcelados a presos que han cumplido condena o la celebración de juicios de excepción y militares a población civil, como fue el caso de los sindicalistas de Mahalla. Esta situación ha permitido a Mubarak gobernar con mano de hierro la República, pese a las críticas de organizaciones de Derechos Humanos y ante el silencio de una comunidad internacional que guarda en el país árabe un importante aliado en Oriente Mediano.

El noviembre pasado también fue un mes negro. Se registraron hasta 3 homicidios que tenían como eje vinculante la presunta autoría policial. Ante la tromba de denuncias, Aministia Internacional emitió un severo comunicado mostrando su preocupación “por la fuerza excesiva que suele hacer uso la policía” . AI instó las autoridades egipcias a dar “instrucciones precisas” por “acabar con estos abusos”. El Régimen Mubarak fue denunciado en las últimas elecciones de impedir el derecho a voto en barrios populares que le eran notoriamente perjudiciales y el principal grupo de oposición, los Hermanos Musulmanes, ha cuantificado en 7555 las detenciones cometidas entre sus militantes en el 2008.

La Red Árabe por los Derechos Humanos en la Información y Reporteros sin Fronteras también califican de difícil la libertad de prensa en el país. Varios Bloggaers han sido detenidos últimamente por las autoridades egipcias a causa de sus escritos críticos, así como 4 importantes editores de diarios estuvieron a punto de ingresar en prisión por publicar información comprometida para el Gobierno el enero pasado. Tan solo la movilización de los periodistas árabes y egipcios ha permitido cambiar la condena en importantes multas económicas. Meses antes una periodista estuvo a punto de ingresar en prisión por simplemente haber publicado información sobre la salud del presidente. Finalmente recibió un indulto personal de Mubarak.


La lucha sindical continúa
El pasado 15 de diciembre el Tribunal de Seguridad del Estado de Emergencia de Tanta condenó a 22 sindicalistas de la población de Mahalla a penas que van de 3 a 5 años de prisión por las movilizaciones sindicales ocurridas en esta ciudad el pasado 6 y 7 de abril. El juicio, de carácter militar aun cuando la totalidad de imputados eran civiles, fue catalogado de farsa por entidades de derechos humanos que denunciaron la imposibilidad de apelación de los encausados. Aministia Internacional aseguró que los 22 encarcelados eran “chivos expiatorios” y que la resolución pretendía tapar la incapacidad gubernamental de controlar la situación. 3 personas murieron durante el levantamiento obrero, todas presuntamente a manos policiales, sin que se haya realizado ninguna investigación al respeto. Los 22 condenados, que formaban parte de un grupo de 49 encausados, denunciaron torturas durante las detenciones que tampoco han sido investigadas.

Articulo originalmente publicado en catalán en el setmanari Directa num. 126

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